Bombas

Ya están aquí

Suena la alarma

Caen las bombas

Los primeros muertos

Suben las almas

Todo queda destrozado

Incluso las personas

Viendo sus familias fallecidas

Las balas zumban

Se llevan a quien tienes a tu lado

se llevan a quien tiene a su lado

no saben de que lado

es un baile de cadáveres

todo va encadenado

tu mueres

las balas salen disparadas

disparadas por los soldados

los soldados disparan por las órdenes

órdenes de sus jefes obedientes

obedientes a su mandatario

mandatario destructor, sanguíneo

nadie te defiende

de esta barbarie

sólo puedes dispar lágrimas y

lanzar llantos desesperados

no hay barrera alguna

sólo tu cuerpo hace de escudo

queda todo destruido

tu corazón destrozado

por culpa de un desalmado

tu corazón ha parado

la sangre sale por un lado

una bala te ha perforado

tu vida te ha quitado

tu hijo huérfano ha quedado

ahora es un refugiado

ya nada ha quedado

solo muerte ha sembrado

esta guerra cruenta

tu vida ya no cuenta

el número de muertos aumenta

la gente no se alimenta

fluyen dos ríos

el de sangre y

el de lágrimas

al cielo suben las almas

cierro los ojos y

entre llantos rezo

que todo quede en pesadilla y

que esta barbarie

nunca hubiera comenzado

me siento avergonzado

que bajen las armas y

suban las risas

que cambie la suerte

que crezca y sea fuerte

dadle al niño su juguete

no mas muerte.

Mi abuela

Fue una tarde, justo a la hora de comer, habían llamado al teléfono, lo cogió mi madre, llamaban desde la residencia donde teníamos a nuestra abuela ingresada, nos dieron la peor noticia que le pueden dar a una persona, sabes que es ley de vida, y que pueden llamarte en cualquier momento, pero te engañas, piensas que nunca llegará ese día, pero no, fue un duro golpe para todos y en especial para mi padre.

Hacía tiempo que la ingresamos ahí, pues la habían diagnosticado demencia senil, ¿se podía valer por sí misma? Yo quería creer que sí, pues hacía vida lo más normal que de una persona se espera, incluso ir a la compra o cocinar, pero hubo varios sustos como dejarse el fuego encendido o que nos llamara diciendo que oía voces, era una tristeza que escondías como si de una anécdota graciosa se tratase, había veces que sin más se ponía a hablar con esas voces y cantaba o eran cosas graciosas del pasado y uno no le daba importancia, hasta te hacía sonreír inocentemente.

De esto fue ya hace tiempo, quizá, debido a la tristeza, de lo que acontece una muerte he omitido todo el trámite del funeral y demás, sé que la incineramos y que cuando pudimos llevamos sus cenizas a su pueblo natal, cerca de Burgos, me acuerdo que fuimos en coche desde Oviedo de donde somos.

Cuando fuimos a la residencia después de la llamada, estaba en su habitación, tumbada en la cama, la miraba incrédulo, si era cierto que estaba muerto ¿por qué la tenían ahí de cuerpo presente? Nos contaron que estaba bien, que empezó a sentirse como indispuesta y que se acostaría un rato para ver si recuperaba, se durmió, para siempre.

Era raro, me acuerdo que la cogí con la mayor delicadeza que pude de la mano y la otra mano en un su hombro, me acerqué y la susurré -despierta, ponte bien pronto, tenemos que contarnos nuestras cosas- o algo por el estilo, no sabía bien que hacer, mis sentimientos estaban contrariados, salí de la habitación agitado, confuso, fui al pasillo a mirar por la ventana, las lágrimas afloraron sin remedio, amargamente, había gente que la habían conocido estando ella ahí, así que vinieron a consolarme y a darnos el pésame.

A mi mente me vienen imágenes de todo tipo, pero sobre todo de cuando íbamos a visitarla a Madrid, donde ella vivía, resultó curioso que las vecinas que tenía puerta con puerta, tanto a un lado como al otro, eran viudas al igual que ella y tanto ella como sus adorables vecinas nos daban un dinerillo extra, unas monedillas o lo que fuera, hasta mil pelas de aquella, tanto a mi hermano como a mí, también la comida tan rica, especialmente la ensalada de tomate y la tortilla de patata y sobre todo el frio que hacía el invierno, nos tenía que calentar las sábanas de la cama con una bolsa de agua bien caliente o de cuando en verano salíamos a la terraza a sentarnos en la mecedora o de cuando teníamos que abrir las ventanas de par en par para que entrara aire, aún así pasábamos un calor infernal, además el televisor era de botones y tenías que levantarte para cambiar de canal, la verdad tengo que reconocer que son recuerdos muy felices.

Visitas

Era de noche, ya estábamos todos en la cama durmiendo, mañana era día de trabajo y tenemos por costumbre acostarnos pronto, una voz inquieta me hizo despertar, al lado de la cama estaba mi hija, mi pequeñita, de nueve años, tenía la luz de la habitación encendida y ella se notaba que estaba asustada, yo quise que se fuera sola y tranquila a la cama, pero me fue imposible, así que la acompañé hasta su cama y me acurruqué junto a ella, a la mañana siguiente me despertó mi mujer diciendo que era tarde, me reprochaba que asumiera la pérdida de nuestra hija y que dejara de dormir en su cama, me preguntaba mientras me levantaba de cómo era esto posible si ella se había suicidado al año de morir nuestra hija.

Muerte

Tu siempre tan presente

Un abrazo tuyo

Tan frio

Como gélido

Entras en mi mente

Con miles de imágenes

Tristes, amargas, melancólicas

desgarras mis entrañas

Me atormentas

Me asustas

Me acobardas

Jugamos al despiste

Y por un momento

Te olvido.

Tu mirada cadavérica

Ojos infernales, Rojos

Llama intensa

Alimentado con odio

Los cuervos te acompañan

Me confundes

Intentas seducirme

Acechas cual buitre carroñero

Martirio constante

Sin escapatoria

Familia

Amor

Resquemor

Ellos, yo

Todos

Por un amor prohibido

Por un trabajo confundido

Por un todo has interrumpido

Siento tu puñal en la espalda

Igual que Brutus y

Julio Cesar

Un segundo

Un suspiro

Un parpadeo

Menos que todo eso

Al hoyo iremos todos

Esqueletos y gusanos

Pero mi huella he dejar

Pues aquí estoy yo

Un guión por relatar

Luchar y pelear

Tengo rabia y furia

Te dedico esta mano

Como peineta

Es más

Por ahora

Que te den

Pues no será hoy

Hoy no.

Epitafio

Este epitafio es a todos los seres que hemos dejado atrás por el sendero de la vida, derivando en el sendero del más allá, un nombre, un rostro, unos sentimientos, esos hechos que en vida nos hicieron reír, otras que sin querer nos hirieron, siempre hemos resaltado su bondad, su sonrisa, la alegría, las ganas de vivir, sueños rotos, sueños cumplidos, sueños por hacer.

Es un epitafio que no tiene edad, o que tiene todas.

Este epitafio, es para guardar mediante la memoria en nuestros corazones y que nos acompañe de esta manera hasta que nuestras vidas llegan a acompañar a nuestros seres queridos, ya sea un familiar, una amistad, nuestro amor, mascota.

No sabremos cómo se truncó esa vida que ahora no está, ya sea asesinato, cualquier tipo, pederasta, violencia de género, etc., también por un accidente, una terrible enfermedad o simplemente que era su hora.

Es posible que afloren las lágrimas debido a su falta, esa ausencia que nos entristece, pero siempre procuramos no rendirnos a la melancolía, luchamos y sacamos a relucir los mejores momentos, cuando nos abrazamos, cuando nos hizo sacar una sonrisa o una carcajada, un te quiero o que mejor que un gracias.