Mambo

No sé qué hora de la madrugada era, pero que importancia tenía,  era cierto que la música que sonó esa noche les llevó a la danza de las sábanas, su baile acompasado a la vez que frenético, todo había empezado en la pista de aquella disco en una isla caribeña, las estrellas curiosas hicieron despertar la alarma de la luna, varios perros y tal vez algún vecino.

La torpeza en baile y el rey en la cama, parco pero sincero en sus palabras, inocente a la vez que gracioso, demostrando que podía ser cariñoso y detallista, servido a su vez de unas cuantas copas y seguido de diferentes miradas, las cuales describían una historia llenas de chispas, destellos varios y un fuego intenso sin necesidad de descripción alguna, por el contrario bajo una apariencia de mantis religiosa, dañada por varios lobos, había una corderita un poco explosiva que reservaba el secreto desvelado esa misma noche el misterio de la bestia que ella llevaba dentro, aunque dejaba pistas intencionadas para poder seguir su rastro.

En ambos casos no sólo influía la vestimenta, especialmente la de ella, pero el intercambio de palabras, risas y demás pasó al más esperado y deseado juego del desenfreno y amor.

La explosión fue mágica y colosal, los cuerpos se encontraban abrazados retozando y disfrutando mutuamente haciendo lo que mejor sabían mientras las caricias y besos surgían por doquier con el reflejo de la luna en el agua del mar por fondo en la ventana frente a la cama, con los ropajes desperdigados por el suelo.

Enamorado

Enamorado de tu belleza,

enamorado de tu hermosura,

enamorado de tus curvas.

Entras por la vista,

disfruto contigo,

todo tu,

sabor, olor, pureza.

Admiro cada rincón,

sin resistir me caigo y…

Me rindo a tus pies.

Los picos de Europa

Ríos de agua y sidra.

Playas y calas del mar cantábrico.

Me ofreces:

Tranquilidad, paz, sosiego,

historia, tradición y diversión.

 Los lagos con lágrimas de

nuestra Santina, Covadonga.

 Desde Cangas a las Cuencas.

El orvallo me cala.

Melodías tristes suenan,

por las altas montañas,

las gaitas hacen eco,

mi corazón se encoge.

Varios compañeros mineros,

han fallecido intentando,

extraer el negro carbón.

Todo esto tienes tú

Mi tierra

Mi Asturias

Enamorado de ti.

Ibiza

Una isla

La isla

La isla del mar

La isla de la luz

Donde agua y cielo son uno

el sol resplandeciente

Ciega tu vista

Sin motivo alguno la contemplas

inquietante como una llama

Sabes que te puedes quemar

Pero miras hipnotizado

se contonea sensual, hechizante

Así es Ibiza

Todo un descubrimiento

Descubres lo descubierto

Las historias hechas reales

Y aún así escribes una muy diferente

Fantástica, colosal, romántica,

Incluso con sus sombras.

Mezcla de colores

Azul, verde, blanco

Rodeada de mar

Acariciada por las olas

Los pinares

Las casas blancas

Playas y calas

Belleza indescriptible

La ciudad tan luminosa

Como ruidosa y enigmática

Enamoradiza.

Esa es Ibiza.

Descubriendo un paisaje (Lanzarote)

Era un lugar aparentemente inhóspito, aún así te dejaba atrapado y no sabias porqué, sin apenas nada en apariencia que me llamase la atención, el terreno irregular y lleno de rocas volcánicas, jugando con el rojo, el negro y el gris en diferentes tonalidades, como si se tratara de las últimas fotos que se habían sacado del planeta Marte o incluso de la Luna, rompía aquella monotonía y contrastando con lo demás, lo que podría ser un desierto, jugando con dunas y el poco verde que se apreciaba, era el de las palmeras, los cactus y alguna planta más. Según avanzabas, veías esos pequeños pueblos caracterizados por las casas de forma cúbica de color blanco, a veces era una urbe más grande dejando por un momento esa monotonía y esa tranquilidad, aunque parecía que la necesitases, para pensar que ahí, había vida, quizás el atractivo estaba en el conjunto, el todo o la nada, la tranquilidad y sobre todo las playas, con un agua azul claro, transparentes, dónde se apreciaban los pececillos de diferentes colores, como de esas playas que veías en las películas o en los reportajes sobre el caribe. Su extensa mar se perdía en el infinito, el sol radiante, con un brillo totalmente atrayente, cálido, de paz y tranquilidad, clave para una estancia de relax total.

A orillas del mar

Los peces juguetones y atrevidos

Nadan cerca de la orilla

El sol reluciente

Brilla en el alto cielo

Sus ojos se encontraron con los míos

Su angelical mirada ilumina mi alma

Una mirada llena de

Ternura, cariño y amor

Es limpia, cristalina y transparente

Pura

Como el mismo agua que nos baña

De ese inmenso mar

Nos abrazamos y…

Nos fundimos

En un beso

Su boca con la mía

Sus labios con los míos

Con las olas como único testigo.