Libro

Muy buenas amigos y amigas, seguidores y a los que no, me dirijo a todo el mundo, ya tengo a la venta mi primer libro, yujuuu!!!!

Es un libro de relatos cortos, se titula «Lo que pudo ser»

Son relatos breves, fáciles de leer, cada uno te embracrá en una aventura diferente, sintiendo muchas cosas, buenas y malas, desamor, tristeza, alegría y júbilo entre otros.

La imaginación te transportará a diferentes lugares, playas, junglas, ciudades, villas, pueblos, etc.

Regresaras a tu infancia más tierna, lucharas contra piratas, cantarás en los mejores escenarios, pintaras los cuadros más bonitos y hermosos.

Déjate llevar, anímate y hazte con el libro ¿a que esperas? ¡anímate!

¿Dónde lo encuentro? sencillo, en esta dirección:

elsastredeloslibros.es/tienda/novela/lo-que-pudo-ser/

Viaje a lo desconocido

Se hace eterno cuando tienes que hacer una expedición, además no saber  lo que vas encontrar te resulta tedioso, es algo que aborrezco y me pone de los nervios, pero una vez que empiezas hasta le da un gustillo, ser el primero en descubrir un lugar, las cosas y los seres.

Vengo del planeta Norgia en la Galaxia Xlable, aventura total, no me han informado de lo que me puedo encontrar, es la primera expedición, y se requiere de los mejores, por eso han confiado en mí.

Viajo en una súper nave nodriza explorator2000, a la velocidad de la luz, cuando ya estamos cerca del planeta no paramos, luego me lo dejan todo a mí, bajo en una nave, la TXA01, ahora me toca a mí guiarme por mi instinto de explorador y dar lo mejor que se en honor a los míos, sólo sé que el planeta se llama tierra y a sus habitantes terrícolas, que aspecto tienen y cómo será su flora y fauna son algo que desconozco, pero esto es lo que he escogido, pongo unas coordenadas y decido aterrizar.

Pasado un tiempo por fin tomo tierra, pongo la nave en modo invisible para no ser descubierto, nada más bajar el suelo es como blando, vegetal, verde, tomo una muestra para analizarlo, sigo caminando, veo un objeto que es como rectangular, pero termina en punta, compuesto por dos partes, la parte delantera son más altas y termina en punta, tiene una parte que está situado encima, en uno de los laterales tiene una abertura, pero no hay puerta, hay un letrero se lee “rufus” me aventuro y entro, un ser que se parece a mí se acerca tiene unos dientes amenazantes y unas babas que gotean, no parece a pesar de su aspecto amenazante, retrocedo unos pasos, tiene un arma entre las piernas trasera, me dispara, es líquido y amarillento, no sé qué pretende yo ante la amenaza procedo a mi manera, saco la pistola desintegradora y… ¡Zium!

Historia de dos perfumes

Muy buenas, ladies and gentelmen, señores y señoras, niños y niñas, acérquense chissss, os voy a contar un secreto, pero que quede entre nosotros, sino, deja de serlo.

Esta es la historia de dos personas, empezaremos por presentarlas, en primer lugar tenemos a Eva, hace un par de años pasó el umbral de los cuarenta, rubia, ojos verdes, buenas curvas, aspecto juvenil, pues podría pasar por una chiquita de unos treinta años, está casada con un director de un gran banco, tiene varios hijos y una hija todos pequeños, le recuerda mucho a cuando era una niña, pues ella también tiene varios hermanos y era la única hija, al igual que lo fue su madre, ella era maestra de un pequeño colegio, su padre, por el contrario ya jubilado, se dedicó buena parte de su vida a la albañilería.

La otra persona es Luis, hace poco que empezó su quinto año navegando el mar de los veinte, rubio, pelo ondulado, algo largo, ojos azules, delgado, estaba en el último curso de carrera, al contrario que Eva, Luis no tiene ni hermanos ni hermanas, sus padres son azafatos, con lo que pasa muchos días solo.

Luis tiene una afición, la astronomía, por lo que sus padres le compraron un telescopio, con el que alcanza a ver todas las estrellas del firmamento, bueno estrellas y alguna cosa más, en concreto a Eva que vivía en el edificio de enfrente.

En una de esas noches de cielo despejado, tras observar las constelaciones, bajó varios metros, hasta el quinto, justo donde vivía ella.

Se enciende la luz, se ve claramente como se acerca a la ventana, la abre, se apoya, respira profundamente, se la nota algo melancólica, que estará pensando, en su vida, tan monótona, cuidando de sus hijos, nunca la pasaba nada fuera de lo común y lo que es peor esas dichosas reuniones de los viernes, de su marido en las que llegaba oliendo a puro, a vino y a Chanel Nº 5, claramente sabemos que se acaba de duchar tras un día agotador, pues tiene aún el pelo húmedo, la toalla alrededor, se levanta se da media vuelta se quita la toalla, se aleja, aunque regresa con un camisón puesto, cierra la ventana y echa la cortina, apreciamos como sus curvas reflejadas en la sobra se hacen cada vez mas difuso, apaga la luz.

El sábado por la mañana Eva y Luis, que se conocen del barrio, se ven en el supermercado, él aunque nervioso pero con voz firme, le cuenta esa pequeña afición suya y la imagen de anoche, y que quiere verla en su piso el viernes que viene sobre las diez, que sus padres tienen vuelo y no estarán, ella claro está se enfada y algo sofocada, así que le reprende, y se va indignada, pero con las palabras y la imagen en la mente llega el día y la hora y aunque sigue con cierto resquemor esta por completo ataviada de pies a cabeza y los niños con los abuelos, su marido como es lógico reunido, se siente algo confusa realmente está dispuesta a hacer lo que está apunto de ocurrir, pues si, sucede lo que en principio se suponía algo imposible, fuera de lugar, al final, tras varias horas de una grata velada, con cena romántica, en la que incluimos música y velas, habiendo consumido el acto amatorio, ella marcha, no antes con varias suplicas por parte de él y reproches por parte de ella, pues era una locura y tendrían que reflexionar. Eva de camino a su piso pensaba en aquel momento con Luis, se decía que estaba mal lo sucedido, aunque si bien, ¿no sería esa la locura que estaba esperando en su rutina?, si su marido olía a Chanel Nº 5, ¿por qué ella no podría oler a Nenuco?

Pero, chissss, es un secreto.

De escapada

Tenía unas cortas vacaciones y decidí hacer una pequeña escapada, marchar a algún lado, no se, lo que el destino me depare, así que puse un mapa encima de la mesa y cerré los ojos, mi dedo y el azar escogerían por mí.

Sabiendo a donde ir, entré en Internet y compré un billete de avión, luego preparé las maletas, por la noche repasé todas las cosas, que no me faltase nada, cené y a la mañana siguiente me levanté con la ilusión del viaje, que bien me vendría desconectar de la rutina, el trabajo agotador de la oficina, todo el día aporreando el teclado, con los números, haciendo horas delante de la pantalla, lo tenía bien merecido.

Cuando llegué, lo primero que hice fue alquilar un coche, ya que podía  y hacía un buen día, me decidí por un descapotable gris, arranqué y puse la radio, sintonicé una emisora de música.

De camino me desvié por una carretera secundaria, poco a poco el asfalto se trasformó en un camino polvoriento, todavía conservaba algo de barro en alguna zonas sombreadas por los robustos y frondosos árboles, cuando pasaba por un pueblecito con escased de casas, paré frente a una tienda que hacía esquina, la verdad, es como si el tiempo no hubiera pasado, o tal vez muy despacio, una imagen me vino a la mente al ver aquella verja, como si Tom Sawyer la hubiera pintado, tenían dónde amarrar los caballos, parecía todo abandonado, había una portezuela que estaba entornada, me atreví a pasar aquel umbral, miré, parecía no haber nadie, seguí caminado, ¡para donde estés! me dijo una voz, me fijé que unos pasos mas adelante, tras un mostrador, había un anciano delgadito y canoso, que me apuntaba con un rifle.

¡Abuelo! gritó una joven, me pidió disculpas, yo, aunque no se apreciaba, estaba con el susto en el cuerpo, me dijo que era un antiguo sheriff ya retirado y que hace lo mismo con todos los foráneos.

La verdad es que ella era muy guapa, morena, esbelta, ojos verde pardo, la voz era dulce, muy agradable al trato, cruzamos nuestras miradas y nos presentamos, yo dije que estaba de paso, compre unas patatas fritas, refrescos y agua.

Al despedirse ella me dio la mano, yo un par de besos, salimos, monté en el coche y arranque, de lejos vi su figura en el retrovisor, agitando la mano, esa no sería la ultima vez en verla, pues me prometí que regresaría.