-¡Manos arriba! Rrrg –lorito- grrrg- -¡joder que susto! ¡puto loro!- siempre que entro a su casa me pasa igual, no sé cómo hago para asustarme tanto, todo porque me comprometí a cuidar del jodido loro de los cojones y las malditas plantas, si además sé que siempre dice lo mismo cuando entra alguien, no sé por qué me altero, si es que de buenazo soy tonto, me quedo como un gili mirando sus tetas y claro no se decir que no, SSSS si- termino diciendo siempre –que mono, gracias vecino- mientras me acaricia el pelo, bueno en fin que hago lo que tengo hacer, regar y darle pienso al loro, que ya voy algo tarde para ir con los colegas a tomar unas birras que ahora con este calor entran de puta madre, bueno tarea cumplida, salgo por la puerta -¡manos arriba!- Coooño con el loro- grrrg- lorito- ¡pum!.