Maldigo el día o más bien la noche que la conocí.
Era un sábado, mis amigos y yo nos fuimos al garito de siempre, dónde suelen dar conciertos en directo y las birras están a buen precio, nos reunimos como siempre a echarnos unas risas, privar y comentar cualquier cosa o chorrada, alegrarnos la vista con cualquier culito o par de tetas impactantes que se nos cruce por delante, no teníamos límite, incluso si terminabas con un polvete mucho mejor, llegar a eso era todo un triunfo y luego podrías fardar.
Esa noche, de entre todas las tías topé con semejante bicho, la tentación me superó, no lo pude evitar, ya me lo intentaron advertir Loquillo y Fito con: “mujer fatal, siempre con problemas…” y “Soldadito marinero encontraste una sirena…” canciones que sonaron cuando nos conocimos, pues bien yo estaba en la barra, esperando a que me atendieran para pedir unos cubatas, ella como gatita en celo me vino a ronronear, me pidió fuego, yo encantado encendí su peta, ella me ofreció, así que le di un par de caladas con mucho gusto, era María de Marruecos, al igual que ella, menuda casualidad, manda huevos, sus padres eran españoles, fueron a Marruecos por trabajo y cuando era pequeña regresaron a España, estuvimos charlando y fumando porros, conociéndonos y eso, mira que estaba buena, joder si lo estaba, menudo pivón, esbelta, ojos felinos, mirada sensual, tenía un algo que me hechizaba, graciosa, con picardía en ocasiones, además la panda flipó cuando la presenté, si si pero el tiempo pasó y la dulce y encantadora minina pasó a pantera en cuanto podía sacaba las garras y te daba un zarpazo destrozándote en cuestión de segundos y la tropa pasó de admirar su anatomía y de babear por su espectacular cuerpo a adjetivos tipo: víbora, amantis religiosa y cosas similares o peores, no solo me sometía en público, pasé incluso a ser su esclavo sexual. Para mí los días eran como unas campanas silenciadas, un ángel y un demonio en lucha constante, con sus pros y sus contras, ¿era lo que estaba buscando? ¿Qué quería? ¿La deseaba?
Pero hoy no, hoy no saldré de dudas, aquí me tenéis haciendo puenting, estoy a punto de saltar, mis piernas tiemblan, ella decidida con la intención de ayudar, la muy jodía, va y me empuja, ¡Ja putaaaaaaa!