Nevera

Cuando hablamos de una nevera enseguida nos viene a la mente ese objeto grande que ocupa parte de nuestra cocina y dentro está tan frio que es donde ponemos la comida para que se conserven en buen estado, ya sea leche, yogures, la sopa de ayer y comidas varias.

Otra imagen que nos podría venir a la mente, es en esas películas donde hay celdas y prisiones de diferentes tipos y épocas, ese lugar pequeño, normalmente sin luz y sobre todo frías, de ahí su nombre.

Pero en este caso, no hablamos ni de una cosa, ni de la otra, en este caso sólo podemos hablar del lugar donde trabajaba él, una nave  fría, heladora, gélida, igualito que el corazón de su despiadado jefe, bueno despiadado y tacaño, pues su racanería no tenía límites, mientras que su jefe estaba caliente en su oficina a veinte grados, él tenía que cubrirse como una cebolla con capas y capas de ropa para no pasar frio, como mucho en alguna ocasión podía poner la pequeña estufa a dieciséis grados y cruzando los dedos para que durase encendida y no saltasen los plomos, si con contratar más potencia en la factura de la luz el problema estaría solucionado, pero era tan agarrado el “tío gilito” de los cojones que claro estaba acatarrado día si y día también, llegaba a casa con los pies congelados y que vergüenza tener que atender a los clientes con gorro y bufanda.

¿No se daba cuenta de que los clientes también se quejaban de ese frio nada más entrar en aquel lugar?