“Esa noche, cuando el escritor comenzó a escribir, algo extraño le ocurrió: El bolígrafo no transcribía lo que él estaba pensando”…
Las palabras corrían fluidas, se agolpaban formando frases, las cuales en un principio no tenían sentido alguno, luego ordenándolas adquiría un significado, pero ¿dónde le llevaban? ¿Qué era lo que estaba escribiendo?
Había fragmentos que le eran conocidos, como si de una autobiografía se tratase, aunque algo maquillado, por otra parte algo inexplicable, misterioso, por alguna razón el bolígrafo le estaba mostrando un camino, si saber a dónde le llevaba, parecía la trama de una novela policiaca, había intriga, suspense y un cadáver.
Acaso, lo que estaba relatando ¿había sucedido de verdad? Y… ¿Cuándo? , decidió abandonar a su suerte y que el destino demostrara la verdad, fuera cual fuese, dejando que el bolígrafo le diera más pistas, así que escribió y escribió y escribió…